jueves, 7 de octubre de 2010

Depresión en solitario

Tenía que pasar, tenían que romperme el corazón en algún momento de esta nueva etapa en la que vivo sola. No creí que fuera tan pronto, no creí que fuera así.
Me desconozco, no sonrío, no hablo y tengo una vibra que ni yo tolero. ¿Con qué facilidad uno puede pasar de la más increíble felicidad a la más honda de las tristezas?
Recorro los caminos cotidianos y lloro, recuerdo las risas previas a las risas y lloro. Nada parece hacerme feliz porque me empeño en estrellarme contra ese cristal una y otra vez.
No quiero dormir sola hoy, estoy, de nuevo, en el punto de inicio de esta tristeza.
De lejos veo las opciones, las posibilidades y de mí surge una ligera sonrisa, porque eso quiero y sé que puedo llegar a ellas, porque las he vivido, de verdad, las he vivido. Es sólo que por ahora no me saben. Necesito ayuda y no hago más que hundirme dentro esa mierda pestilente que me pone a pensar en mi nada admirable capacidad para sacar lo peor de las personas.

martes, 5 de octubre de 2010

Antes de... hay que preguntar (ahora un clásico)

Yo no lo creía, de verdad no lo creía necesario, pero ahora sé que antes de comenzar "algo" con "alguien" se debiera preguntar "¿quieres una relación o nada más tener ondita?".
Sí, para mí eso era cuestión de ñoñería, sin embargo ahora, mientra recojo uno a uno los pedacitos de mi corazón, me restriego en la cara no haberlo preguntado antes.
Sí, de haber sabido que así sería no hubiera cerrado los ojos y me hubiera aventado a esa inmensa cascada, no, más bien me hubiera sentado en la orillita a escuchar el murmullo del agua caer mientras disfrutaba del espéctaculo.
Claro, porque lo hubiera disfrutado.
Pero no, ahora mientras lagrimeo preguntándome mil veces el por qué terminé así, la otra persona simplemente se ufana de odiar las relaciones, luego de tener una conmigo (deprimente)...

Lo admito, yo me aventé pensando que no lo haría sola, pero mientras caía volteé, aún feliz, sólo para darme cuenta que quien se lanzaría conmigo prefirió quedarse en la orilla, sin avisar. Splashhhhhhh¡¡¡¡¡¡