miércoles, 18 de marzo de 2009

¿Me quedé sin nada?

Sé lo que hiciste con aquello. Bien podría decir que te llevaste todo contigo, pero no, todo lo lanzaste al aire y ahora flota invisible en diferentes lugares. Anda entre las calles, se mezcla entre las personas, los edificios y las plazas, mi condena es que nadie lo puede ver, sólo yo.
Pasan días con calma, entre risas y pesadumbre, pero de pronto ocurre que por cualquier situación lo veo pasar y me recuerda que nosotros existimos alguna vez, mis facciones cambian, mi corazón palpita más fuerte y mis ojos ceden a las imágenes.
Yo ya no lo puedo tener porque aunque lo percibo no regresa a mí, tan sólo anda y anda.
Un día me vi embriagada de pedazos y los confundí con la realidad, me envolvían y yo tan solo sonreía, me gustaba sonreír por algo que otros no podían ver.
Hasta que por un momento enfoqué mi visión, aquello era traslucido, tenue, si ponía atención detrás de eso estaba la realidad y nosotros no estábamos ahí, nada más era yo en medio del asfalto cruzando rápido la calle antes del verde del semáforo.
Lo lanzaste todo a la nada. De aquello no obtuve más que retazos nebulosos, que suelen recordarme que fui feliz, pero mejor aún me obtuve a mí, con todas las posibilidades y frustraciones, me obtuve a mí.