jueves, 8 de julio de 2010

Detengan motores...

Quiero decir muchas palabras, pero no puedo porque se quedan atoradas en mi garganta, sin embargo ese no es problema porque no es mi interés abrir mi boca para hablar, no tengo con quien, más bien no me escucharía ese a quien quiero dirigir mis palabras. Mi problema es que en mi cerebro las palabras más lindas, las ideas más locas y los sentimientos que fluyen se han detenido cuando ante ellos apareció una sentencia que se siente lo más terrible de lo terrible "tenemos que hablar sobre nuestra relación"